LA MALDICION CONTINUA
 Curiosamente, serán los españoles quienes aborden con mayor interés el tema de los licántropos y el actor Jacinto Molina (Paul Naschy) acomete la difícil empresa de inspirar terror al espectador, iniciándose con "La marca del hombre lobo" (1968), film que contaba además con el aliciente de estar filmada en 70 mm, sonido Hi-Fi y sistema 3D, algo que le podía asegurar su difusión internacional.
Animado por su éxito, reindició nada menos que en 11 películas más, siendo director en tres de ellas, contando además con la colaboración de personas tan importantes como Narciso Ibáñez Menta, Perla Cristal, Rossana Yanni y un buen plantel de especialistas en maquillaje y efectos especiales.
Menciones especiales de su trabajo son "La noche de los Walpurgis" (1970), dirigida por Leon Klimonsky y "El retorno del hombre lobo" (1980), dirigida por él mismo en colaboración con Masurao Takeda, con quien fundaría la productora Dálmata.
UN RETORNO MEMORABLE
Y así, un año después, dos películas norteamericanas irrumpen en el mercado con el tema del hombre lobo, alcanzando ambas un éxito extraordinario, incluso de crítica. La primera de ellas "Un hombre lobo americano en Londres" (An american werewolf in London) (1981), dirigida por el experto John Landis, fue premiada con un oscar al mejor maquillaje y nos contaba en tono de humor las desventuras de dos jóvenes que tienen la desgracia de perderse en un páramo inglés una noche de luna llena.
El guión, escrito por el mismo Landis, nos lleva continuamente desde el terror, a la comedia y a la reflexión, incidiendo especialmente en las escenas de la transformación del hombre en lobo, más que en las de truculencia asesina. Posteriormente, la estupenda labor de Rick Baker en los efectos especiales fue plagiada descaradamente en otros filmes. Con anterioridad a esta película, Joe Dante había realizado otra obra igualmente novedosa titulada "Aullidos" (The howling) 1980, que fue premiada en el Imagfic madrileño dos años después. La historia nos hablaba de una locutora de televisión que asiste incrédula a la vida de una comunidad de licántropos, entre los cuales se encuentra su marido. En su intento por rescatarle de su tenebrosa vida, acaba ella misma siendo mordida por un hombre-lobo, lo que provoca su desgracia.
Esta película estaba narrada con suma efectividad y las secuencias de terror y suspense alcanzaron cotas muy altas, a lo que contribuyó la buena interpretación de Dee Wallace en el papel de la locutora televisiva, de Patrick Macnee como jefe de la comunidad licántropa y el genial John Carradine haciendo de tenebroso fanático.
Aunque Joe Dante no reincidió en el tema, otros productores continuaron la saga y pudimos ver "The howling II", "Aullidos III" (Howling, the marsupials), un alegato ecologista interesante, "Howling IV, the original nightmare" y "Aullidos V, el regreso", todas ellas con algunos aciertos pero sin lograr el interés de la primera.
Película que toca de nuevo el mito del hombre lobo, esta vez mezclando el terror con la comedia, lo que impide que nos tomemos en serio secuencias verdaderamente dignas. La transformación en hombre lobo del protagonista es magnífica y fue copiada posteriormente por numerosos especialistas en maquillaje. En contra, las apariciones como zombie de uno de los protagonistas, con una cara de guasa que inspira demasiada risa, justo cuando la película alcanzaba su máxima tensión, es un claro fallo.
El argumento nos habla de dos chicos que están de vacaciones y que perdidos en un extraño paraje londinense, se ven atacados por un lobo gigantesco. Los habitantes del lugar no les prestan ninguna ayuda, ya que son conscientes del horror que circula por esos parajes. Posteriormente, cuando regresan a su país, uno de ellos comienza a vivir una asombrosa pesadilla sin fin.
Obtuvo un merecido oscar al mejor maquillaje.
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