Si hay quien pueda pensar que este personaje siniestro es fruto de la imaginación de los escritores, les recordaré que la historia real está plagada de extraños seres con apariencia de lobo que se dedicaron a cometer toda clase de crímenes. Se conocen datos fidedignos que provienen del siglo XVI y XVII los cuales nos hablan de asesinos con poderes demoníacos, quienes tomaban aspecto de lobo cuando había luna llena y devoraban a todo ser vivo, animal o humano, que se ponía a su alcance. Además, los autores nos cuentan que las personas mordidas, si no morían, entraban en una fase de delirio que les convertía también en monstruos.
La licantropía, pues, está descrita en cualquier enciclopedia que se precie y tiene su origen en un rey mitológico llamado Lycaon, quien se rebeló a Zeus y fue condenado por ello a convertirse en lobo. Después, la naturaleza ha vuelto a repetir en numerosas ocasiones este fenómeno y continuamente salen en los diarios noticias de familias enteras afectadas por este "síndrome del hombre-lobo", llenos de pelo por todo el cuerpo, especialmente la cara, casi desde su nacimiento. Los médicos lo denominan simplemente "hirsutismo" generalizado, pero lo cierto es que no pueden explicar la naturaleza del fenómeno que se hace muy dramático en las mujeres.
Aunque el cine haya exagerado la transformación de estas personas, y no sea cierta la creencia de que solamente pueden morir con balas de plata, sabemos que por algún motivo estos (enfermos) están muy nerviosos en las noches de luna llena y su mordedura provoca en sus víctimas una enfermedad contagiosa a veces mortal, con similitud a la rabia.
LOS PRIMEROS FILMS
La primera película norteamericana se titulaba "El hombre lobo" (The wolfman) y se rodó en 1924, siendo protagonizada por John Gilbert, aunque la ausencia de sonido dificultó sensiblemente que el público entendiera al personaje. Después, en 1935, Stuart Walker estrena "The Werewolf of London", que sería olvidada totalmente por el aficionado cuando en 1941 se estrenó "The wolf man" (El hombre lobo), con Lon Chaney Jr. de protagonista, seguidor incansable de la línea de su padre en cuanto a sus papeles como monstruo. La película estuvo dirigida por George Waggner y contaba con apariciones esporádicas de Bela Lugoshi y María Ouspenskaya.
El argumento nos habla de un aventurero (Larry Talbot) que en su regreso al castillo familiar, una noche de luna llena, es mordido por una extraña criatura y desde entonces se convierte periódicamente en un asesino despiadado.
Este film de la Universal tuvo bastante éxito en su momento, aunque su fama duró apenas cuatro años, justo con el estreno del film "Abbott y Costello contra los fantasmas" (1945), parodia del género de terror que sirvió al parecer para que el público no se tomara en serio el género de monstruos durante largos años. Anterior a este film, el Hombre lobo aparecería junto a otros mitos en "Frankenstein y el hombre lobo" (1943), "La zíngara y los monstruos" (1944), y "La mansión de Drácula" (1945).
Después, el mito sería revivido en una loable película titulada "I was a Teenage werewolf" (Yo fui un hombre lobo adolescente) de David Everitt, con un Michael Landon desconocido haciendo un buen papel como sanguinario hombre lobo. Quizá para que el público olvidase su monstruoso personaje protagonizó el legendario serial "La casa de la pradera", mucho más acorde con su personalidad y costumbres cristianas.
Ahora la figura del monstruo está ya más humanizada, muy sensible a su desgracia, y vemos a nuestro protagonista consciente de su mal pidiendo a su amada Cristina que le encadene en las noches de luna llena y así evitar morder a persona alguna.
La película, al igual que todas las de la Hammer, lleva implícita una gran dosis de erotismo y por eso en algunos países se visionó fuertemente mutilada. El éxito puso en marcha enseguida una secuela titulada "El retorno del hombre lobo", pero las dificultades financieras de la productora eran ya muy altas, el género de terror ya no gustaba, y nunca se llegó a realizar.
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