Sobre Puerto Rico recae la pésima reputación de ser campo de pruebas para armas secretas experimentales que van desde la Talidomida hasta armamento radiactivo, por lo que no fue difícil que algunos creyeran que el Chupacabras era el resultado de un experimento genético cuya salvaje actividad había sido concebida por el gobierno norteamericano.
Pero las teorías no terminan aquí. Otros vincularon la llegada del chupacabras a la vieja e infundada creencia de que en Puerto Rico existen túneles que unen la isla con territorios continentales, especialmente con los Pirineos y Sudamérica. Incluso se sugirió que la criatura había acudido desde el Más Allá durante una oscura ceremonia de santería. Esta macabra creencia tiene mayor predicamento entre quienes han sufrido daños causados por el Chupacabras como si hubiesen sido víctimas de algún tipo de brujería o maldición que perjudicara su hacienda.
No obstante, la idea más extendida es que se trata de un ser alienígena, no en vano Puerto Rico se ha caracterizado siempre por una gran cantidad de avistamientos OVNI, lo que ha llevado a muchos a considerar a la isla americana como una zona caliente del planeta. Estas mutilaciones tendrían el mismo origen que las que se produjeron con anterioridad preferentemente en el Medio Oeste americano, donde numerosas cabezas de ganado aparecieron halladas sin sangre ni glándulas endocrinas. Esto se debería a una atrofia del tubo digestivo de los alienígenas, lo que motivaría consumir un preparado con la sangre y las glándulas endocrinas que absorberían a través de la piel. Esta explicación ha sido apuntada entre otros por Salvador Freixedo. Los extraterrestres, mediante una técnica genética habrían creado un animal que cumpliría la misión de chupar la sangre.
El Chupacabras Llega A Méjico
El 1 de mayo de 1996 un reportaje en el programa de noticias Primer Impacto de la televisión mexicana alertaba a la población sobre el creciente número de mutilaciones animales en las regiones de Jalisco, Sinaloa y Veracruz, especialmente esta última en las poblaciones de Las Trancas, Tlaliscoyan y Nachital, cuya economía gira en torno al ganado caprino.
Sin embargo la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Veracruz no realizó ninguna investigación argumentando que se habían enterado a través de los medios de comunicación. La opinión de los expertos fue que se trataban de ataques de coyotes o murciélagos.
Las primeras especulaciones hablaban de una nueva especie de murciélago gigante de metro y medio de tamaño y un peso de unos 9 kg que podría haber inmigrado procedente de Sudamérica, algo así como los enjambres de abejas asesinas africanas.
José Burria, del Departamento de Agricultura Federal, atribuyó por su parte las muertes a algún coyote o felino, posiblemente exacerbado por la sequía en el norte del país. Claro que no supo indicar por qué no habían ocurrido nunca antes en situaciones semejantes. Mientras, las historias corrían gracias a una prensa siempre ansiosa de aumentar sus dividendos, destacando en esta labor los periódicos Sol de Sinaloa y Sol de Occidente.
El miedo se iba extendiendo y las economías locales percibían los efectos de la poca predisposición a salir de sus hogares, sobre todo de noche, por parte de lugareños de las pequeñas poblaciones del norte de Méjico. Ellos argumentaban que un humanoide mujer-lobo aullaba y gemía en la oscuridad. Este hecho tiene, según se dice, un precedente en la inusual ola de mutilaciones animales que asoló la República Dominicana en 1978. Las noticias de que seres humanos habían sido atacados por el Chupacabras encendió mucho más los ánimos.
Teodora Reyes, vecina del villorrio Alfonso Genaro Calderón (sic), en el estado de Sinaloa, mostró por televisión unas extrañas "marcas de mordiscos", que en realidad parecían laceraciones o quemaduras, producidas por una garra del Chupacabras. Sin embargo ella no fue la única. Ángel Pulido, un granjero radicado en el estado de Jalisco, mostró pinchazos semejantes en su brazo derecho debidos, según señaló, a un gigantesco murciélago que se parecía a una bruja. Y el alud aumenta de volumen conforme progresa por la ladera descendente y aparecen nuevas "víctimas" con pinchazos en puntos diversos del cuerpo y de los que no poseían conciencia.
En el estado de Nayarit, la policia judicial, según se dice, abrió fuego contra un Chupacabras en plena fuga antes de saltar una cerca de 1,80 metros.
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